jueves, 29 de diciembre de 2011

Cincuenta amaneceres

Aunque en realidad son más. En total han sido 365 amaneceres, obviamente, los que han iluminado otros tantos días de este año 2011 que ya termina. He seleccionado cincuenta imágenes de las que suelo hacer cada mañana desde la misma ventana y desde (más o menos) la misma posición, les he añadido transiciones y algunos movimientos, he puesto una preciosa melodía de fondo (el tema que abre la maravillosa película de El viaje de Chihiro, dirigida en 2001 por Hayao Miyazaki, con banda sonora de Joe Sisaishi) y aquí tienen el resultado.

Antes de que lo vean, recuerden que no soy un experto fotógrafo ni tampoco un experto editor de vídeos. Al César lo que es del César...

Aquí les dejo una parte de este resumen del año, a través de una selección de los amaneceres de mi ciudad natal, Novelda.


Las composiciones fotográficas son iguales o parecidas. Cambia la luz. Al más puro estilo de Claude Monet (salvando las enormes distancias, por supuesto) y su serie de treinta y un lienzos sobre la catedral de Rouen, pintados entre 1892 y 1894. Seguro que han visto alguna vez esos cuadros; yo los recuerdo de mis clases de Arte del instituto, expuestos en el libro de texto o en la pantalla blanca a través de las diapositivas. La luz cambiaba cada vez, a pesar de que el objeto era el mismo. Tampoco Monet hacía nada nuevo, puesto que años antes ya había pintado otra serie, esa de quince cuadros, sobre cómo afectaba la luz en distintas épocas del año o períodos del día a un montón de heno.

En mis fotografías, la variación horaria no es tan grande (la más temprana es a las 7:26 del 11 de marzo y la más tardía el 27 de noviembre, a las 9:45), pero sí que se puede apreciar las diferentes posiciones del Sol, el tipo de nubes, los colores del cielo en cada amanecer. Era un proyecto que empezó siendo nada, una simple muestra de imágenes en la red social Facebook. Únicamente tomó peso a mitad de año, aproximadamente, cuando ya tenía suficientes fotos como para poder verlas durante un buen rato. Así nació la idea de hacer una última entrada en 2011 con estas imágenes. Iba a subirlas todas, una por una, esas cincuenta que seleccioné, pero habría quedado muy extenso.

Más cómodo, a mi parecer, tanto para ustedes como para mí, confeccionar un vídeo con todas ellas. Y eso es lo que han visto. También me han comentado muchas personas que debería hacer una exposición con algunas de esas fotografías, imágenes que acompañaría de algún texto (a modo de haiku), pero no se lo he planteado al concejal de Cultura de Novelda, puesto que no atiende visitas (o al menos no todas). Quizá en este 2012 que está a punto de comenzar el nuevo equipo de gobierno encuentre ese talante participativo y dialogante que prometían en su programa electoral.

En otro orden de cosas, el año termina. Toca hacer balance. Poco podemos decir de lo que se marcha, forma parte del pasado. Y nosotros somos presentes, somos ahora. Los seres humanos vivimos en el hoy, proyectados hacia el mañana. Más que hacer balance de lo bueno y malo (como nos recomendaba Mecano en su archiconocida canción), debiéramos tal vez renovar nuestros votos con la Naturaleza y con nosotros mismos para el próximo año. Por mi parte, ya tengo algunos proyectos para 2012: algunos me ocuparán todas y cada una de las semanas; otros serán puntuales; otros forman de tareas pendientes, trabajos literarios y musicales que debo concluir; otros son personales...

Pero todo llegará, no adelantemos acontecimientos.

Ahora poco queda. Únicamente desear que estos dos días que restan de 2011 sean la mejor antesala para un 2012 que les deseo, de todo corazón, cargado de felicidad intensa y sonrisas infinitas. Les veo a la vuelta del calendario.


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